domingo, 21 de febrero de 2010
Sandino, ¡vive!

"Hay que valorar bien lo que significa una conmemoración nacional de Sandino. Es bastante lo que podemos celebrar este año todos los nicaragüenses sin distingos políticos. Celebrar el símbolo de Sandino, su ejemplo de arrojo y valentía, su patriotismo inclaudicable, su condición de héroe nacional, su capacidad de creer y generar fe en la causa de la soberanía nacional, y a partir de esa fe y fuerza moral enfrentarse como David contra los invasores. La personificación de la dignidad de Nicaragua.
No se necesita ser sandinista para conmemorar a Sandino, para sentir y exigir respeto para Sandino, para recordar a aquello pobres valientes soldados, hombres y mujeres, que le permanecieron fieles a través de los años y las penurias, de los bombardeos y del frío, en las montañas de Las Segovias.
¿Cómo no sentirnos orgullosos de un patriota que pudo capturar la imaginación y el respeto de la nueva generación latinoamericana de su tiempo, ameritando el reconocimiento de los pueblos y de la intelectualidad mundial, incluyendo a la de Estados Unidos? Sandino y su pequeño ejército loco hicieron resplandecer a Nicaragua. Fue la primera vez -pero no la última- que el nombre de Nicaragua se confundió con el de Sandino en la imaginación y el corazón de tantos ciudadanos conscientes en tantas partes del mundo.
Sandino permanece en nosotros. Porque en el momento en que el nicaragüense siente la imposición o la humillación externa, el racismo o el desprecio, el despojo de nuestra riqueza, el menosprecio de nuestras capacidades, en ese momento se nos sale el Sandino que todos llevamos dentro, llamémonos o no sandinistas. Mientras ése sea el caso, habrá esperanza para la patria de Sandino.
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